En medio del campo, a pocos kilómetros de la pequeña localidad de Williamsburg (Virginia, EEUU), se abre un claro en el bosque en el que yacen abandonados los bustos gigantes (6 metros de alto) de 43 de los 44 presidentes de Estados Unidos. En este peculiar ‘cementerio’ político, que en su momento pretendió ser un canto a los ‘padres’ de la patria de las barras y estrellas, sólo falta Barack Obama. Al impulsor del ‘Parque de los Presidentes’, el artista David Adickes, se le acabó el dinero antes de poder terminar con toda la estirpe del poder desde George Washington.
Inspirado por los bustos del conocidísimo Monte Rushmore, el monumento se inauguró en marzo de 2004. Únicamente permaneció abierto seis años. En septiembre de 2010, ‘Parque de los Presidentes’ fue embargado por el impago de un préstamo de 3,3 millones de dólares.
Salió a subasta en 2012 y una empresa de Dakota del Sur se hizo con la propiedad. Su idea es trasladar los bustos de los presidentes conocidos e instalarlos en las inmediaciones del Monte Rushmore. El resto de los presidentes de EEUU acabarán carcomidos por el paso del tiempo y las inclemencias meteorológicas.
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